La yaya estaba ya muy malita, pero cuando dijiste que querías aprender a hacer punto, se puso manos a la obra. Era tarde, habíamos estado jugando a los disfraces y aún llevabas restos de pintura (mira que te gusta pintarte).
Subí a la terraza a buscar una madeja de lana que compre hace mucho tiempo para el scrap (vamos esas cosas que nunca se para que servirán, pero por si acaso...). Y como no teníamos agujas, os arreglasteis con unos palillos del japones de nuestro cumple que había guardado para escrapear (socorrido síndrome de Diogenes). Y, chino chano, te enseñó a hacer punto como había hecho conmigo cuando era pequeña.
Detrás de la foto, hay un desplegable en el que he puesto las demás fotos del proceso de aprendizaje, en las que se siente la relación tan especial que teníais la yaya y tú, en la que te explico mis sentimientos al veros.
Aún nos duele y la echamos mucho de menos, pero esta página también nos ha servido para hablar de ella y recordarla con alegría, hablando de las cosas que hacíamos. Realmente, el scrap es terapéutico, cura heridas y te deja una sonrisa en el corazón.
3 comentarios:
Hola Conchi,
Que me he emocionado leyendo esto. Si es que las yayas son lo mas especial del mundo.
Un abrazo
Maite
Un LO muy bonito, pero lo mejor, el recuerdo de esos momentos que vivisteis las 3 :-) (y lo de poner el trozo que tejió directamente en el LO queda genial! una gran idea!)
Preciosa y muy emotiva. Un gran momento que debía ser scrapeado con sentimientos incluidos !!!!
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