Con este frio, uno de mis
lugares favoritos para salir a pasear son los Jardines de Mossén Costa i
Llobera en la montaña de Montjuic. Lo descubrimos, de casualidad, al pasear por
los Jardines de Miramar.
Aunque está a un paso de
la estatua de Colón, es el gran desconocido. La mayoría de las veces, solo nos
encontramos algún runner, viejecitos tomando el sol y jardineros trabajando
(parece mentira el trabajo que dan estas plantas). Aunque también hay
sesiones de fotos, guardias a caballo y algún artista pintando.
Nada más entrar, te traslada a
paisajes más típicos de México, California u otros países lejanos. Además,
por su orientación protegida del viento, suele haber una temperatura unos
grados superior al resto de la ciudad. Vamos, un paraíso desde el
que contemplar el mar, el puerto y todo el litoral de Barcelona.
Estos jardines se inauguraron en 1970. Como datos curiosos: en 1985 y, sobre todo en 1987, sufrió una gran helada, lo que hizo que se perdieran muchas plantas. Y, después, durante la remodelación del 2006, se descubrió una fuga de agua que ponía en peligro su estabilidad, por lo que ha estado cerrado muchos años.
Actualmente, ocupa más de 6 hectáreas, cuyo recorrido es tan agradable, subiendo y bajando escaleras, descansando en los distintos miradores y disfrutando de los sonidos de la montaña, que ni te enteras del paso del tiempo.
Dentro, hay varias estatuas muy curiosas: L´au dels temporals (en una de las entradas), la Puntaire (homenaje al encaje de bolillos) y la dedicada a Joan Pañella (jardinero que dirigió su creación).
Es
impresionante la variedad de cactus, especies suculentas y árboles tropicales
que podemos encontrar. Y, por muchas veces que vaya, siempre encuentro algo que
me sorprende (como este árbol con espinas y un fruto extraño)
Cámara en mano, me gusta buscar
círculos, otras me fijo en los dibujos que se forman con sus espinas.
Me divierto con alguno de los
nombres de las plantas, como la cabeza de viejo, el asiento de suegra, ave del paraíso
o la palmera de jalea.
Me maravillo con las texturas, formas y brillo de su superficie, pero sobre todo con los colores de sus flores. Rojos, naranjas y amarillos intensos que van salpicando aquí y allá el paseo.
Me siento tan pequeña frente a esas líneas verticales que se dirigen hacia el cielo, rodeada de palmaras y cactus enormes.Estoy deseando que llegue la primavera para disfrutar de todo su esplendor.
Dirección: Carretera de Miramar, (junto a la Plaza de la Armada)
Horario: desde las 10 hasta el atardecer El acceso al parque se puede hacer, en 5 minutos, desde la estatua de Colón, o (como a mí me gusta más) desde la Terraza Martínez en los Jardines de Miramar
Uno de mis propósitos este año es conocer un poco mejor la Montaña
de Montjuic. Poco a poco iré dejando por aquí los lugares que más me
gustan. Forma parte de ese “aprender” a disfrutar y sentirme una turista en mi
ciudad.